Corrí hacia el abismo mientras se cerraba lentamente. A lo lejos, sonaba una canción, la melodía de los adioses eternos. La multitud a mi alrededor permanecía en silencio. Todos me observaban con aquellos ojos vacíos. Pero esto no es más que un final que siempre soñé. Todo comenzó, en realidad, hace muchos años, antes de que se iniciaran las carreras de la muerte.
Cuentos y poemas del Fin del Mundo
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